Hace un par de días, tuve el inmenso placer de poder sentarme a tomar un café, y compartir la mejor de las tertulias que he mantenido en muchos años. Me dio una clase magistral de grandeza, coraje y fortaleza. Su voz serena y pausada, me fue relatando los más bonitos sentimientos, qué como seres humanos tenemos; amor y cariño, con una desmesurada dedicación; amor, cariño y dedicacion, de una madre a su hija, la cual también luchaba contra un "Gigante”,” Un Monstruo”, un monstruo de gigante que no solo entra en nuestras vidas, sino que también lo hace en nuestro cuerpo. Es listo el condenado, como si no le bastase su tamaño y fuerza, por lo cual ya es difícil de vencer, el muy "cabrón" es estratega, pues primero entra en nuestro cuerpo, debilitando todo lo que puede nuestras funciones, y entonces pasa actuar en tu vida, en tu entorno, golpeando las funciones de reacción de quienes te rodean, para así, cuándo peores y más indefensos estamos él campar a sus anchas y hacer de las suyas.
Una madre que hablaba con tanta dulzura, qué según escuchaba me decía a mi mismo:"Cristina, no te has ido, estás aquí, y seguirás aquí por siempre”, qué grande legado nos has dejado, a mi que comparto tu misma lucha con ese monstruo, a mi me estás dando una lección que nunca podre olvidar, qué nunca olvidare, porqué al oír a tu madre hablar, descubro que grande fuiste, qué serena y cuerda estuviste, qué madurez adquiristeis...He dicho, qué mi peor quimio, mí peor momento de todo este camino andado, fue el día de tu partida, ese día 15,era mi 5ª quimio, y he de decir que después de semanas en casa, sin ánimos, fuerzas ni ganas para una sexta, dé pronto una rabia desbordada porque tu partida no fuese en vano, me llevo a ponerme los zapatos y salir a decir:"Monstruo,preparate,porque ahora jugare tu mismo juego, también se ser estratega”. Y por eso se que estés donde estés, me estás dando ánimos, y alguien a quien conozco muy bien, te estará tejiendo unas alpargatas.
